Sección Liderazgo

Degustación divina

Cristo se postula como dieta para la Humanidad y sólo ‘probándolo’ y ‘digiriéndolo’ es que se produc

Gastronómicamente la temperatura determina la degustación de un platillo. Toda presentación en un plato posee ingredientes calientes o fríos, a lo más frescos en el caso de ir acompañado de legumbres o frutas. Lo tibio da asco, una reacción de repulsión súbita cuya sensación va desde insatisfacción hasta disgusto.

En Ap 3:14-21 se asevera que Jesucristo evalúa duramente esta condición en el creyente. 

La objetividad del texto establece cómo ser aprobados por Él, si nos ‘prueba’ y le somos ‘agradables’ únicamente entonces nutrimos Su Cuerpo. Es el mismo principio que está escrito en Jn 6:48-58 donde Cristo se postula como dieta para la Humanidad y sólo ‘probándolo’ y ‘digiriéndolo’ es que se produce Su vida en nuestro ser, la cual al ejercerla disciplinadamente, implica salud para este mundo perdido y proteína pura para la Iglesia como órgano de Dios en la tierra (1 Ti 4:6).

¿Qué tan saludables somos al paladar del Rey de Reyes? En su organismo santo no hay cabida para la comida chatarra, ni la obesidad, ni concesiones en su estricto régimen alimenticio.

El DRAE* describe Tibieza como “templado (ni frío ni caliente), indiferente, poco afectuoso”; en lo que respecta a lo moral es “poca decisión o radicalidad en las acciones” (1); también define Tibiar como “hacer que un cuerpo tome una temperatura moderada” (2). Sólo hay dos formas de entibiar algo: 1. Desmarcarse de la fuente que produce y mantiene el calor y, 2. Combinar el contenido con su similar pero frío. Todo lo anterior coincide con su etimología griega, implica adquirir temperatura según el ambiente.

No nos regimos por la oración, la Palabra, la sana doctrina, el congregarnos regularmente, sujetarse a la autoridad y visión congregacionales, permitiendo que todo aquello que es ajeno a Dios influencié en nuestra identidad socavándola. Como consecuencia nos fusionamos al entorno olvidando que, aunque estamos en el mundo no le pertenecemos (Jn 17:15-16).

Alternativamente, ‘tibiar-se’ significa “ensuciarse mucho, darse un hartazgo, poner verde a alguien” (3), esta última es “colmarlo de improperios o censurarlo acremente” (idem).
¿Cómo pretendemos ser embajadores del Cielo, si el mundo identifica de lo suyo en nosotros y con sobrada razón nos juzga y condena?

Hacemos alarde de una cristiandad inexistente, condescendiendo parcial o totalmente con dogmas, prácticas y liderazgos apóstatas o descimentados de la perfecta Palabra de Dios la Biblia, abrazando el Ecumenismo, el sutil misticismo oriental pero convenenciero, coqueteando con la Política, adoptando hechicerías simuladas, promoviendo mercadotecnia evangélica, aunado a concesiones de doble moral como el divorcio, pecados sexuales, enriquecimiento ilícito, abuso de autoridad y legalismo asesino de la Gracia.
El asco precede casi inevitablemente al vómito. Como verbo transitivo, vomitar es “arrojar violentamente [una cosa] algo que está contenido en su interior” (4), es entonces ser expulsado del Cuerpo de Cristo. La salvación está comprometida, porque ésta radica en el nuevo nacimiento cuya operatividad es ‘VER y estar en el Reino’ (Jn 3:3-5), es justo lo que perdió Laodicea y es el motivo de su desgraciada situación. Si piensas que eres bueno, lo mejor de tu Iglesia o de los ministerios circundantes tienes un grave problema (Ap 3:17; 1 Jn 1:8), tu estatus de gloria sólo es posible en el Fuego (Mt 3:11), arrepiéntete y comienza de nuevo, a los pies de la Fuente, sólo así le serás siempre olor grato, sabor santo.

*DRAE. Diccionario de la Real Academia Española
(1) www.google.com.mx/search?q=tibieza&oq
(2) http://dle.rae.es/?id=ZiKy1sZ
(3) http://dle.rae.es/?id=bbs8NTC
(4) http://www.wordreference.com/definicion/vomitar


Hugo León
Pastor y escritor
hugo.leon.nec@gmail.com


Balazos: “Cristo se postula como dieta para la Humanidad y sólo ‘probándolo’ y ‘digiriéndolo’ es que se produce Su vida en nuestro ser”…

Autor: Hugo León

Fecha: 03-07-2020


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