“Porque si callas absolutamente en este tiempo, respiro y liberación vendrá de alguna otra parte para los judíos; mas tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino?” (Ester 4:14)
La Ideología de Género no es una moda o corriente, llegó para quedarse, representa el clímax de la hegemonía sexual de la Humanidad entera. Es imposible en este espacio explicar dicho universo, trataré para disipar la ignorancia y estupor que al respecto rigen actualmente a la Iglesia.
Como resultado de la violentación integral histórica hacia la mujer y la promoción progresista de los derechos humanos, surgió el pensamiento colectivo y concluyente que la identidad sexual no es determinada por el sexo biológico sino por una imposición cultural, por lo tanto, si la sociedad cambia, la percepción personal del propio sexo también, así que no hay hombre y mujer que nazcan tal cuales, sino que se puede llegar a serlo, cambiarlo por decisión pues. Obviamente esto es una perspectiva ilógica, absurda y plenamente anticientífica. El dúo que conforma esta Ideología es el Feminismo Radical mas el Lobby Gay (es decir, la cúpula representativa de este movimiento). So pretexto de velar por las “minorías discriminadas”, sus líderes han sabido colocarse en puestos clave de eminencia, influencia y autoridad gubernamental suprema para moldear y disponer conforme a su conveniencia leyes, medios de comunicación y recursos multimillonarios, lo que comprueba que es una agenda internacional con fines de imposición doctrinal para desarraigar la sexualidad humana de su origen y naturaleza, rompiendo los lazos entre las nuevas generaciones y sus progenitores, sus principios y valores, por medio de nuevos paradigmas legales y académicos encaminados a una pedofilia jurídicamente aprobada.
Esto obedece al establecimiento paulatino del imperio del Anticristo, de quien Daniel bajo este perverso enfoque escribe: “Del Dios de sus padres no hará caso, ni del amor de las mujeres; ni respetará a dios alguno, porque sobre todo se engrandecerá” (Dn 11:37).
Tal colmo de maldad es resultado de la impasividad espiritual, social y política de la Iglesia, encerrada en sus paredes cantando y engordándose cual rebaño consentido ignorando que está sazonándose para una carnicería venidera, pues a estas alturas ya nos llevan espeluznante ventaja (Los LGBT operan su estrategia desde hace 20 años). Pastor ¿Qué pasará cuando entren a tu congregación exigiendo los cases? ¿Cómo reaccionarás a una orden judicial por discriminación después que des vehemente lectura a Lv 18:22? ¿Exagerado? ¿Dramático? ¿Alarmista? No, dolorosa y objetivamente realista. Amado, esto no se contrarresta a bibliazos… Permíteme explicarlo:
La Biblia se predica, es para adoctrinar, instruir cómo vivir la vida de Dios en la Tierra, eso es solo una parte que por cierto, no hicimos ni hacemos (las estadísticas nos refutan que prácticamente toda la generación Millenial se perdió –Jue 2:10–), la intercesión destroza lo que sustenta la tinieblas en lo espiritual, lo cual tampoco hacemos y, en absoluto no menos importante, desempeñando ciudadanía de Reino a través de la ciudadanía terrenal, ejerciendo nuestros derechos que la Constitución no obstante sigue otorgándonos, además de impulsar a aquellos que por llamado divino deben estar en puestos de autoridad (Pr 29:2).
Hemos desaprovechado nuestra postura real, es tiempo de retomar urgentemente las tareas que indolentemente abandonamos, antes que “tú y la casa de tu padre perezcan”…
Hugo León
Pastor y escritor
hugo.leon.nec@gmail.com