Sección Liderazgo

El recuento para el futuro

Experiencia endémica que ya transformó al mundo entero y que ha develado los albores del Nuevo Orden

“Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos. Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga” (1 Co 10:11-12).

Contextualmente esta cita pone en perspectiva cómo el pueblo de Israel ante una situación específica asomó su verdadera condición defraudando la expectativa de Dios. Lamentablemente así nos sucedió.

Muchísimo se puede escribir acerca de esta experiencia endémica que ya transformó al mundo entero y que ha develado los albores del Nuevo Orden Mundial. No busquemos porqués ni para qués ni propósito alguno adjudicado al Eterno. Como dije al principio, esta actualidad es resultado no solo de la ausencia de Dios por ignorar el deseo de Su corazón desde hace alrededor de 60 años, sino que adicionalmente se le ha ofendido deliberadamente y la Iglesia brilló por su ausencia. Nuestro verdadero tema en este espacio es la ineludible reflexión que abarca lo que no hicimos y lo que haremos, hijos de Dios.

Cuántas pandemias han azotado al ser humano a lo largo de su historia y, dadas las circunstancias es inevitable que cada lapso de tiempo se repita la ecuación, así que no debiera sorprendernos lo que aconteció, te hablo a ti Iglesia, que se supone eres ‘Columna y Baluarte de la Verdad’ (1 Ti 3:15). Total, ya deberíamos estar conscientes que no es ni será la primera peste en ocurrir, Cristo lo dijo (Mt 24:7). Al estallar la pandemia, entre muchos otros latigazos de contingencia fuimos obligados a cerrar las puertas locales de la Casa de Dios, ¿Como un efecto colateral? Por supuesto que no, está definido en el plan del fin de los siglos, lo que significa que nos queda poco tiempo. Es apremiante ¿Qué es lo mínimo que ya debimos de haber aprendido?

La primera lección que considero la más importante es cuán frágiles somos…
En nuestra salud, planeación, economía, relaciones, gobierno, política, carácter, santidad, adoración, amor, paciencia, templanza, compromiso divino. Confiamos en una fe cuyas obras quedaron en entre dicho con esos decretos que no salvaron ni ministros ni hermanos que fueron parte de las estadísticas mortuorias, desnudando nuestra ignorancia y pobreza doctrinales. Cegados en la autopercepción, descubrimos que la inercia conducente del bagaje escolar y de revelación del que disponíamos fue insuficiente para mantener a flote la barca propia. Supongo que en la mayoría de casos justo el reconocimiento de esta condición es la que desplomó de rodillas aun a quienes no imaginamos, incluyéndonos.

La segunda lección, opino, es la restructuración de nuestro “todo”, prácticamente reaprendimos a ser un nuevo ser, es decir, cambiar de modo relevante la forma de comunicarnos, de entregarnos, de adoptar y construir hábitos, de recodificar nuestra escala de valores de todos y de todo, lo que nos hizo invariablemente mejores adoradores, intercesores y generosos.

La tercera lección que conjeturo es apreciar la sinergia social cuyo tejido de unidad es su mayor plusvalía, o sea, que ver por el prójimo es ver por uno mismo, pues la sociedad es un universo donde dependemos enteramente unos de otros. Qué aplastante realidad la que aseveró Pablo, que “el cuerpo no es un solo miembro sino muchos” (1 Co 12:14). Sólo así funcionamos.

Tratando de resumir conjuntamente lo anterior, humilde y objetivamente les propongo las siguientes recomendaciones:

VIGILA SIEMPRE TU HOMBRE INTERIOR
En la privacidad de tu habitación no te quedó más remedio que mirar hacia el espejo topándote con refracciones propias de tu imagen que no te agradaron en absoluto. No cabe duda que Romanos cap. 2 (léelo) es tu atuendo. Sí, la demanda es una mayor consagración y santidad reflejada en acciones concretas de amor. Madura.

INVIERTE EN TU REBAÑO INTERNO
Quiero hablar a tu corazón amigo pastor. Por el simple hecho de tu título, la hermandad colectiva siempre esperará y demandará mucho más de ti e inexorablemente de los tuyos, lo que representa un rijoso desgaste para ellos trastocándoles alma, mente y corazón. Además la ausencia propia de tus tareas ha dejado escollos que de seguro durante tu hacinamiento se han manifestado profusamente. Si no aprovechas el tiempo que aun posees a su lado mientras regresamos paulatinamente a la llamada nueva normalidad tal vez no habrá otra ocasión de redimirte como esposo y padre. La calidad de tu conformación familiar y conyugal sana y correcta debe ser tu prioridad, según el principio de 1 Ti 5:8.

PODER DE INFLUENCIA
Si hay algo que puso a prueba nuestra aptitud ministerial fue esta pandemia. ¿Qué porcentaje de tu feligresía fue fiel durante tus transmisiones, las actividades semanales así como en sus diezmos? No cabe duda, habrá que hacer mejoras en tu ‘recetario’ homilético, integrar elementos pedagógicos notables para una mejor impresión neuronal en los oyentes, permear con intensiva intercesión y cotidiano devocional su impartición, sino también evaluar, identificar y erradicar aquello que devalúa tu autoridad. De lo contrario, la ausencia congregacional al volver al recinto no deberá sorprenderte.

CAPACIDAD DE REINVENTARSE
Implica una serie de retos de toda índole:
Tecnológicos porque descubriste que no conoces ni dominas los aspectos técnicos básicos respecto a las nuevas formas de comunicación digital y sus estrategias para proyectar potencialmente el mensaje del Señor. Instrúyete urgentemente. No es presentar la Palabra como un producto, pero sí de ser astutos y prudentes en adoptar lo necesario y ser competentes en diseñar una red de calidad para una mejor pesca.

Estructurales y Discipulares porque ya identificaste las áreas y métodos en dónde realizar cambios considerables con el fin de cualificar a la iglesia: capacitación, adopción de programas, promoción y evaluación de candidatos al servicio, etc.

Espirituales porque este encierro evidenció las admirables fortalezas, así como las penosas debilidades del nivel sagrado de tu grey.
Personalmente estoy convencido que los esquemas de evangelismo tradicionales se encuentran en un punto en el que, o los sometemos a una metamorfosis potencialmente funcional o seremos sepultados por el desdén comunitario. Las redes sociales, el neuromarketing y la publicación online son herramientas invaluables para llevar a cabo en este rubro la Voluntad de Dios.

ESPERA LO INESPERADO
Es más que obvio que la Humanidad no estuvo preparada para lo que sobrevino, ni la Iglesia se exceptuó, insisto. El motivo real de fondo: no ser visionarios ni proféticos, respondimos como siempre, cristianos reactivos, no propositivos. Evalúalo, ¿qué cosas no haría como ahora si ocurriera de nuevo algo como esto? Pastor, líder o cual sea tu jerarquía eclesial, hoy posees una oportunidad única de demostrarlo.

Que el Señor te lleve a la estatura de tu molde celestial por el cual preservó tu vida. Cumple ese destino para honrar tal designio. Shalom.


Hugo León
Pastor y escritor
hugo.leon.nec@gmail.com



Autor: Hugo León

Fecha: 03-07-2020


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